Poesía: Nada más y nada menos que Alice Padilha Guimarães, la gran actriz dándole vida a una de mis prosas poéticas, sin palabras

/ Gabriel Salinas




Si de repente el tiempo nos envolviera sin tocarnos, seríamos halos perfectos. Lejos de este horizonte inmisericorde de penas diminutas que habitamos como realidad absoluta. Ahí donde vamos las costuras del universo se desvanecerán y todo se desplomará, como una pobre escenografía. 

Entonces la luz herida de todos los soles nacientes resplandecerá apenas entre los harapos del mundo y volverá a dormir un sueño eterno apagándose pacíficamente en señal de despedida. 

Porque ahí donde vamos no es la extensión de nada, no es el fin de todo, menos aún el principio. Allá sólo se trastocan todas las continuidades, es algo que humildemente está más allá de la luz, como si se tratase de una mentira verdadera. En nada se parece a este laberinto universal que habitamos bajo un norte falso. 



Óyeme bien: no puedo prometerte nada, la verdad se marchitará y dejará de tener sentido, y tus bellas manos desaparecerán junto a mi rostro excitado en ondas fluctuantes del nuevo polvo que seremos. Ahí nos encontraremos todos, sin promesas, sin esperanzas, pero sin desesperación. Entonces seremos la materia primigenia y ostentaremos la dignidad de los padres de los dioses, ahí vamos. Pero no puedo prometerte nada. ¿Te gustaría acompañarme?





Pero mejor mira y escucha la fantástica contribución de nada más y nada menos que la actriz del histórico Teatro de los Andes Alice Padilha Guimarães