/ Gabriel Salinas
Fans de La Logia |
Este rincón olvidado por Dios
padre, es como cualquier otro, un hábitat pobre de misericordia.Dicen que
habría que matar al padre, y tendrían razón, si éste no fuera algo ausente.
Sus
hijos, mis hermanos, gritan y gimen alucinados o adormecidos. Risas estúpidas,
cuerpos nerviosos, espíritus tristes o violentos resultan de tan miserable
orfandad. Nada salva de la desesperación brutal que fustiga cruelmente al tener
fe en el ausente. Así se doblegan los hijos, quebrados, aprenden a callar,
cansados de tanto castigo, hasta prometer obediencia.
Aula escolar, jardín de
hospicio, sala de juzgado, pabellón psiquiátrico, cárcel, hogar, mercado,
biblioteca o ejército, todos bajo una sistemática forma de dominio, el emblema
de dios padre. Frente a ellos luchamos y resistimos. En siglos, a sangre y
fuego ganamos la palabra, triste victoria. Luego las tecnologías del lenguaje dominante
se diversificaron como el cáncer en un cuerpo abatido por la metástasis. Desde
entonces cada campo semántico se convirtió en un campo de batalla, como una
guerra santa todos peleamos por derrocar el falso nombre del padre, y morimos
anulados por la esquizofrenia virulenta que produce ver directamente el rostro
vacío de Dios.
Hay que admitirlo, no hay nada fuera del capitalismo, incluso
las revoluciones son el más bello fruto que crece en sus transgénicas parcelas
infinitas. Los hijos del padre, mis hermanos, peleamos por cosechar o matar
esos frutos, porque la autoridad se sustenta en repartir el hambre, debilitar
el cuerpo y apresarlo. Sólo entonces, Dios padre aparece como algo omnipotente
El legendario vocal de La Logia, nuestro querido Pepe,
lee estas prosas poéticas politizadas