Poesía: Una colaboración de Ale Lanza

/ Gabriel Salinas




Cuatro estaciones - verano



La hierba acaricia su espalda y su cabeza.
Un cometa como pivote se eleva en la atmósfera.
La idea de felicidad es algo tan extraño.
Recostada en la superficie del planeta,
con la frente altiva y el pecho airoso,
se encuentra frente al universo, volando
en la galaxia.
Entre sonrisas risueñas señala lo que está más allá, esas
fantásticas sutilezas, milagros de una imaginación que delira
inteligencia.
La luz que devoran sus ojos se proyecta hacia otros mundos,
como el haz de una estrella, y ella brilla en su sonrisa, en la
libertad de sus manos o la suavidad de sus pies que parecen
flores revoloteantes brotando de sus piernas inquietas, hermosamente
torneadas, como toda ella.
Mientras tanto, lo que venga será y nada más importará, cada
cosa tendrá su lugar, incluso las piedras rodantes.
Con delicada belleza su voz abre universos, y en ese impulso
engolosinado de vivir, abre mis ojos, y entiendo, por fin, esa
dulce admiración, la que presentía hondamente al verla, ahí,
recostada sobre la yerba.


La maravillosa Ale Lanza nos lee este poema